La Pastoral Vida y Salud se forma en el año 1999 gracias a la iniciativa de un grupo de parroquianas quien, junto al párroco de la época, P. Calixto (QEPD), inician un camino de preparación.
Estas señoras, en aquella época madres jóvenes con niños pequeños o en etapa escolar, hoy están convertidas en abuelas. Siguen entregando su alegría y pasión por estar cerca del necesitado enfermo, al cual no conocen la mayoría de las veces.
La fuerza del Espíritu Santo y la fe en nuestro Señor nos hace estar frente al dolor y sufrimiento humano, con entrega y pasión por servir al necesitado.
Alejandra Palma asume por primera vez el tremendo desafío de la formación de esta pastoral, formando los sólidos cimientos que han perdurado todos estos años. Capacita a sus pares en los principios básicos y prácticos del acompañamiento hospitalario. Por ejemplo, cómo preparar el altar, la liturgia y llevar la comunión, buscando maneras de ir aprendiendo en el día a día este apostolado.
“Éramos seis servidoras que íbamos a la Clínica Tabancura y Lo Curro. Para mí ha sido una de las más claras manifestaciones de Dios, de lo que es Su llamado.
Esta es una pastoral que empezó así de sencilla con muy poquita gente y que ha crecido y permanecido activa en los buenos y en los malos momentos, quizá está demás decirlo, pero en los malos uno se da cuenta que es una prueba enorme de que este servicio es un llamado de Dios, y quienes componen esta pastoral lo hacen como respuesta a Él y solo a Él. Cada una de las servidoras, con su propia vocación, ha contribuido a mantener viva esta pastoral, con una fuerza y una constancia impresionante.”
Luego de 6 años, asume como coordinadora Verónica Castro, quien con su personalidad tranquila y mesurada, proyectó una mirada espiritual y profunda de la vida. Continúo el trabajo de Alejandra.
Durante este tiempo, la Pastoral se preparó como equipo, haciendo cursos de acompañamiento espiritual y, bajo el alero de la parroquia, mes a mes desarrollaron temas pastorales, reforzando avances y nuevas formas para que cada colaboradora siguiera creciendo espiritualmente.
Posteriormente, asume el desafío de coordinación Terelu Bianchi, quien al cabo de 1 año, y por razones personales, debe dar un paso al costado. Sin embargo, como Alejandra y Verónica, ayuda a dejar la vara cada vez más alta. Nos comparte su testimonio:
“Visitar enfermos es lo que más me gusta de cara al dolor. Me hace más humana y tengo la posibilidad de practicar la misericordia.
La experiencia más impactante que he vivido fue acompañar a una mamá cuya guagüita no viviría. Estuvo muchos meses hospitalizada, la visitaba regularmente, y me pidió que bautizara a su guagua dentro de la guatita. Fue muy lindo, rezamos juntas y yo bauticé al niño y ella quedó con mucha paz.”
Ya para el año 2012, asume como coordinadora Paulita Garmendia, quien arremete con su fuerza y alegría, planteando desafíos de renovación y búsqueda permanente de estar cerca de los enfermos. Llevó invitados para dar charlas, nos instó a prepararnos de manera más activa y a participar en talleres, organizó reuniones en decanato y vicaría, retiros espirituales, entre otros. En definitiva, nos motivó a estar atentas a los cambios y nuevos desafíos durante los 6 años que nos acompañaría con su liderazgo ejecutivo y motivador.
El 2018 llegó María Elena Ruíz-Tagle, quien con su preocupación, sensibilidad y ganas de colaborar y solidarizar con los mas desvalidos se gano el corazón de todas. Al igual que sus predecesoras, nos señala:
“Es una experiencia de vida tremenda, me conmueve la cercanía con el enfermo que sufre y cómo se alegra cuando llega el mensaje del Señor. Soy la nada y ser el puente para recibir al Señor, es algo impagable.
Preparar para la comunión a un niño enfermo terminal, acompañar al enfermo que está agonizando, participar en la comunidad de credos sabiendo que nuestro Señor es de todos.”
Actualmente la encargada de la Pastoral es Ximena Kitto, quien tomó este servicio hace pocas semanas, quien recibe esta responsabilidad diciendo:
"Asumo este servicio preguntándome en la oración constantemente ¿Qué debo hacer frente al dolor y sufrimiento humano?"
En definitiva, eso es la pastoral, son cada una de sus servidoras, con sus virtudes y debilidades. Es un camino que están haciendo juntas, porque siempre es mejor acompañadas.
