Literatura infantil y valores

Martes 18 de Julio, 2017


 

Por María Luisa Lecaros, Profesora de Castellano y Periodista U. Católica, Máster en Matrimonio y Familia U. Navarra

Te invitamos a conocer ¡Judy Moody se vuelve famosa!, obra de la serie más famosa de la escritora estadounidense Megan Mc Donald, dirigida a primeros lectores.

Megan Mc Donald

Nació en 1959 en Pittsburg, Pennsylvania (Estados Unidos) en una familia numerosa, en una casa llena de libros y en la que todas las noches escuchaban las historias que su padre les relataba en la sobremesa, elemento que influyó decisivamente en su imaginación. 


¡Judy Moody se vuelve famosa!
(Judy Moody gets famous!, 2001) 

Edición manejada:

Mc Donald, Megan. ¡Judy Moody se vuelve famosa!. Buenos Aires: Alfaguara, 2004.



ARGUMENTO

Judy Moody cursa tercer año de primaria y cuando se entera que su compañera –la perfecta Jessica Finch– ha obtenido el primer lugar en un concurso de ortografía y ha sido portada en los períodicos, se empeña a toda costa por ser famosa. Pero por más que busca recortes suyos entre sus cofres llenos de cachureos y hace diversos experimentos, no consigue su anhelada fama. Sin embargo, la historia da un giro narrativo cuando uno de sus mejores amigos –Frank– se quebró el meñique, ella y su hermano pequeño Stink lo acompañan a la clínica. Ahí conversan con una niña que acaba de recibir un nuevo corazón y que desde una silla de ruedas les muestra los juguetes de los niños de la clínica. Están todos rotos, sin cabeza, pelo o extremidades. Judy no lo piensa dos veces y cuando nadie la ve, introduce los juguetes en su mochila y se los lleva a casa. Ahí los limpia, les hace botas de yeso, los cubre con delantal de enfermos, los decora con parches de curita. Una vez que están listo, los envía de forma anónima en la clínica. Días más tarde, descubre en el diario un artículo: “Médico fantasma de juguetes roba en el hospital”, en el que se elogia la labor anónima de un héroe que ha reparado los juguetes para alegrar a los niños enfermos. Judy decide mantener el anonimato y dedicarse a reparar juguetes para enviarlos a los hospitales.   

 

COMENTARIO

A un nivel paratextual, observamos una portada rústica, ilustraciones caricaturizadas del ilustrador Peter H. Reynolds y tipografías manuscritas que resaltan las palabras claves del texto como “F-A-M-O-S-A”.

Esto nos lleva a adentrarnos en un mundo narrativo de carácter realista, en que a través de un narrador omnisciente, capaz de leer el pensamiento de los personajes en modo indirecto libre, nos lleva a conocer la sicología de la protagonista de la historia, una niña de unos 9 años. La historia transcurre en tres escenarios: la casa (en la que viven sus padres, ella y su hermano pequeño menor Stink), la escuela y el hospital al que llegarán por casualidad. A nivel temporal, la acción transcurre en orden cronológico y en una duración indefinida pero que nos hace pensar en un par de semanas. Los personajes principales son presentados en las primeras páginas con caricaturas: Judy, su hermano Stink, Papá, Mamá, sus amigos Frank, Rocky, la perfecta Jessica, el profesor Tood y la gata Mouse.

Judy tiene una personalidad alegre, aunque cambia de humor con facilidad. Busca algo y se empeña en conseguirlo. Tiene una gran intimidad, la que se refleja en todos los cachureos que guarda en sus cajones, y la sabe comunicar a sus amigos, con quienes tiene una relación muy cercana. Todos la quieren. Nuestra protagonista tiene un vuelco muy grande a lo largo de la historia, ya que mientras al comienzo se preocupa a toda costa de conseguir la fama, el reconocimiento y la admiración de todos, cuando al final logra salir en los periódicos por hacer una acción notable, ella decida mantenerse en el anonimato, destacando así por el valor de la humildad. Es consciente de lo que es capaz de hacer y de los frutos positivos de su acción de arreglar los juguetes para alegrar a los niños enfermos, sin embargo, ya no busca ser famosa; le basta la alegría de ver sonreír a niños como Laura.

 

FRAGMENTO

La humildad en ¡JudyMoody se vuelve famosa!

 

“[Sus padres] Le sonreían orgullosos. Fue entonces cuando su cerebro se puso a imaginar otra nueva idea digna de Judy Moody.

Iba a hacer un cartel. A lo mejor ponía una consulta en el garaje para que otros chicos le dieran sus muñecas rotas o peluches viejos. […] Todo se haría en secreto. En el hospital no sabrían nunca quién era el Médico Fantasma de Muñecas. Igual que nadie sabía que Superman era Clark Kent, un simpático y tímido periodista del DailyPlanet” (pp. 140-141).



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