Con esta frase, el papa nos hablaba el 2015 de la importancia de este concepto que nos reunió el pasado sábado 28 de mayo a un grupo de nuestra parroquia desde las 09:00 hrs. de la mañana y hasta las 12:30 hrs. del día.
60 personas asistieron a este encuentro; agentes pastorales, feligreses y, por supuesto, nuestro párroco. Se reunieron para escuchar, reflexionar y proyectar acciones que nos permitan "sinodalizarnos", es decir, ser más una comunidad que "camina junta".
La jornada se vivió iniciando una invocación al Espíritu Santo, para que infundiera sus dones y abriera la mente y el corazón de los asistentes, de manera de sacar el mejor provecho posible de esa mañana de trabajo. Luego hubo un desayuno, después del cual se proyectó un video acerca del año pastoral de la Arquidiócesis de Santiago.
En este video apareció el concepto "sinodalidad", que dio el tema para la carta de nuestro Arzobispo Cardenal, Celestino Aós, "Tiempo de sinodalidad, tiempo de alegría". José Pedro Illanes tuvo la gentileza de explicar a los asistentes qué significa esa palabra, y luego el padre Francisco ahondó en lo que propone la carta del cardenal.
En ella, nuestro Arzobispo Cardenal explica que hay tres claves indispensables en el corazón de una Iglesia sinodal, los cuales son la Comunión, la Misión y la Participación.
El padre Francisco enfatizó que “Todas nuestras estructuras, planes pastorales y prácticas debiesen existir en función de la evangelización y debemos verificarlo de acuerdo con nuestro centro", con lo cual, explicó las 3 líneas pastorales sobre las cuales espera trabajar este año: la centralidad de Jesucristo y la urgencia en los cambios; laicos, corresponsabilidad y rol de la mujer; y los jóvenes.
Después de esto, los asistentes se reunieron en grupos organizados por la Pastoral de niños, quienes separaron a las personas según "los distintos dones del Espíritu Santo", dibujados en los gafetes entregados al inicio de la jornada, dinámica que todos disfrutaron mucho.
Para finalizar, los grupos leyeron las nuevas iniciativas que surgieron para proyectarnos en la sinodalidad como Parroquia, y terminamos cantando junto al padre Francisco a la Virgen, para encomendar a ella todo lo conversado y trabajado durante esa mañana.
En resumen, una enriquecedora instancia que nos reunió en torno a la misión inspirada en el llamado de Jesús a ser uno, caminando juntos como Parroquia y como Comunidad.
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