Durante las misas del 23 y 24 de noviembre, matrimonios de nuestra comunidad consagrarán su vocación a la Virgen María como un signo especial en su mes. Además, se les hará entrega de la Medalla Milagrosa, para que sean bendecidos y protegidos por nuestra Madre del cielo.
Les compartimos un poco de la Historia de la Medalla Milagrosa:
Catalina Labouré, proclamada santa en 1947 por el Papa Pío XII, dijo haber sido testigo de muchas apariciones a lo largo de su vida.
Las apariciones más famosas, por las que se recuerda a Santa Catalina, son sin embargo las de la Inmaculada de la Medalla Milagrosa. Catalina había rezado fervientemente para que Jesús le concediera cumplir su gran deseo de ver a la Santísima Virgen.
La ocasión en que la Santísima Virgen le encargó a Catalina que obtuviera la Medalla Milagrosa acuñada, fue la segunda aparición, que tuvo lugar el 27 de noviembre de 1830, alrededor de las 05:30 pm. La Virgen le dijo que esa medalla hubiera sido un signo de amor, una promesa de protección y una fuente de gracia para todos aquellos que hubieran confiado en ella.
La M de María que sostiene la Cruz sin crucifijo; el monograma I de Jesús (Iesus) se cruza con la M de María y la Cruz, y simboliza la salvación que traen Jesús y la Virgen, la relación indisoluble que une a Cristo con su Santísima Madre.
La Virgen habló nuevamente a Catalina y le pidió que acuñara una medalla en ese modelo: Todas las personas que la llevarán consigo, recibirán grandes gracias, especialmente llevándola en el cuello; las gracias serán abundantes para las personas que la lleven consigo con confianza”.
Fuente: Holyart.es