Nuestro Santo

San Francisco de Sales (1567 - 1622)

Carismático Obispo de Ginebra, co-fundador de la Orden de la Visitación, reformista y arquetipo de la Espiritualidad Salesiana 

Santo Patrono de los periodistas y escritores:  publicaba folletos que repartía casa a casa, para evangelizar y trasmitir el mensaje de la Iglesia

En cualquier situación que Dios nos ponga, hay que hacerlo todo por amor… El amor lo convierte todo en dulzura y suavidad. Las cosas grandes no están siempre a nuestro alcance, pero podemos, a toda hora, hacer las pequeñas de manera excelente, es decir, con un gran amor.” (San Francisco de Sales)


Vocación sacerdotal

Nacido en 1567, en Thorens, Annecy (hoy Francia),  perteneciente a la noble familia del Ducado de Saboya, San Francisco de Sales fue el mayor de trece hermanos.

A los quince años viajó a la escuela jesuita de Clermont, en París. Luego, fue a la Universidad de Padua para convertirse en abogado, por voluntad de su padre. Allí no sólo estudió leyes, sino que hizo el Doctorado en Teología y descubrió gradualmente su vocación de sacerdote. Sólo cuando era un hecho cumplido, comunicó a su padre esta decisión.


Valiente y bondadoso

Dos incidentes durante su estadía en Padua son dignos de ser contados: en una oportunidad fue atacado por varios estudiantes que quisieron humillarlo por ser tan piadoso. Pero como en París había aprendido muy bien el arte de la esgrima, los venció con su espada pero los dejó ilesos. En una segunda oportunidad, un grupo de estudiantes malintencionados contactó a una mujer impura para que, con pretexto de visitarlo por estudios, lo tentara.  Francisco la ahuyentó, logrando avergonzarla, por  tratar de hacer pecar a una persona que vive sus convicciones. Estos dos hechos se hicieron muy conocidos en toda la ciudad, y en el día en que la Universidad le confirió el doble doctorado en Derecho y Teología, el Rector lo elogió públicamente por tan valientes actitudes. Así, en 1593 fue ordenado sacerdote y gracias a la influencia de su padre, le fue otorgado el cargo de Proboste (superior) de su Capítulo. Sin embargo, cada vez quedaba más claro que San Francisco no era un prelado mundano, a pesar de la costumbre que existía de darle a los miembros de familias nobles altos cargos eclesiásticos.


La misión

Sus cualidades mentales y espirituales lo llevaron a una de las misiones más difíciles: a trabajar en la región de Chablais cerca del lago de Ginebra. El obispo lo envió de misionero a esa región recién regresada al Ducado de Saboya, después de 60 años en manos de Calvinistas.

Allí se relacionó con todos mostrando una bondad tan admirable, que los lugareños lo aceptaron con benevolencia. Cada madrugada pasaba de casa en casa de los hugonotes, echando por debajo de sus puertas, hojas escritas con las enseñanzas católicas. Y fue tal su oración, su constancia y sabiduría para enseñar, que a los pocos años tenía convertidos al catolicismo a 72.000 protestantes de esa región.


Obispo de Ginebra

Junto a su amiga y seguidora espiritual, Santa Juana de Chantal  (1572-1641), fundaron la Orden de la Visitación de la Virgen María.

San Francisco se imponía metas claras y se propuso otro objetivo: predicar y escribir de manera tan sencilla que hasta las personas más humildes y pobres lo entendieran. Y lo logró. Por eso es que sus libros y sermones han gustado tanto.

Su trayectoria le concedió la reputación de ser sensible, cortés y un destacado evangelizador. Como consecuencia de esto, fue nombrado Obispo Coadjutor de Ginebra. Posteriormente, el 8 de diciembre de 1602, fue ascendido a Obispo de Ginebra, cargo que desempeñó con mucho éxito. La visión de su papel como Obispo estaba marcada por los decretos reformistas emanados del Concilio de Trento (1545-1563), así como por la influencia recibida durante su etapa de formación (la espiritualidad jesuítica entre otras) , la vocación a la Virgen María inculcada por su madre, y lo aprendido en su trato con los Calvinistas.

Su trabajo en ese sentido, dio origen a la publicación del gran clásico "Introducción a la Vida Devota".

Otro de sus libros llamado “Tratado del amor a Dios” hizo que fuera reconocido como Doctor de la Iglesia. Además de sus conferencias y sermones, escribió más de mil cartas espirituales.


Visión ecuménica de la Santidad

Todos estos trabajos se fundamentan en la doctrina que establece que la vida espiritual no es solamente para los religiosos y para el clero, sino para todo el mundo. Por esta razón, nuestro Santo es visto como el primer gran escritor evangelista desde tiempos de los apóstoles, al preocuparse por la espiritualidad de los laicos.

Consideraba una herejía pensar que una persona no puede conseguir la santidad y la vida apostólica mediante la gracia de Dios.

Por eso, San Francisco de Sales es, no sólo el patrono de los escritores y periodistas, sino también el mentor de la espiritualidad y del apostolado de los laicos. Esto último se hace evidente en la gran influencia que tienen sus postulados en la Sociedad de San Vicente de Paul.

Por último, su sensibilidad ecuménica y su personal gentileza, aunados a su sentido común para rechazar las posiciones extremas sobre la vida espiritual de los laicos, lo han llevado a ser descrito como El Santo de la Amabilidad.

San Francisco de Sales murió a los 56 años, en la ciudad de Lyon, el 28 de Diciembre de 1622. Fue canonizado en 1665, y pasó a ser Doctor de la Iglesia en 1877. Posteriormente, en el año 1923, lo instituyeron como patrono de los periodistas y escritores católicos. San Juan Bosco se inspiró en su apostolado, en la amabilidad de su bondad y en su humanismo, para adoptarlo como titular y patrono de la Sociedad Salesiana.

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