Gracias a la generosidad y apoyo incondicional de nuestra comunidad parroquial, logramos recaudar poco más de 12 millones de pesos en esta campaña, para ayudar a las familias de Coltauco, cuyas viviendas se vieron afectadas por las inundaciones causadas por las lluvias torrenciales en nuestro país.
El miércoles 5 de julio, un grupo de nuestra comunidad se trasladó hasta dicha ciudad para entregar personalmente la ayuda solidaria. “Había mucha destrucción, mucha pobreza, mucho abandono, lo que es realmente impactante”, nos compartió Paula Orellana, miembro de nuestra comunidad que asistió al lugar.
Nuestro párroco, el padre Francisco Cruz, encabezó esta misión acompañado de varios agentes pastorales de nuestra parroquia. (PUEDES MIRAR LAS FOTOGRAFÍAS AL FINAL DE LA NOTA)
Durante la visita, compartimos un momento con el padre Omar Canales, párroco de la Parroquia Nuestra Señora de la Merced de Coltauco, y 22 agentes pastorales de Ayuda Solidaria de dicha iglesia. De acuerdo a Paula, tanto el padre Omar y su equipo, como nuestra Pastoral Social, fueron clave en la ayuda, ya que se logró realizar la campaña de una forma “más planificada y coordinada con las personas que conocen la realidad. Lo cual nos permitió llegar con la ayuda que realmente se necesitaba y no con cualquier cosa”.
El padre Omar y el equipo de Ayuda Solidaria, han trabajado arduamente en terreno, brindando apoyo, acompañamiento y entregando suministros a las familias más necesitadas. Entre las donaciones que llevamos se encontraban ropa de cama abrigada, sábanas, frazadas, cubrecamas, almohadas y colchones, entre otras cosas esenciales.
Como muestra de nuestro apoyo espiritual, le obsequiamos al sacerdote de Coltauco, un modelo pequeño de la camioneta de San Alberto Hurtado, con el fin de levantar sus ánimos y expresar nuestra admiración por su incansable labor.
Queremos manifestar nuestro más sincero agradecimiento por la solidaridad de todos ustedes y la gran coordinación que tuvo nuestra Pastoral Social, ya que cuando nuestros hermanos más afectados nos llaman, somos los primeros en acudir, tal como añade Paula: “agradecemos mucho a los feligreses de la parroquia. Son ellos los que nos permitieron que, en menos de 10 días ocurrida la inundación, entregáramos nuestro porte. Y también el apoyo del párroco y el trabajo que realizan todas las pastorales. Destaco también, en forma muy importante, a las personas que trabajan en la parroquia, que nos ayudaron a comprar las cosas y trasladarlas”.
La solidaridad y actitud fraterna de todos, ha dejado una huella indeleble en los corazones de las familias afectadas, brindándoles no solo ayuda material, sino también esperanza y consuelo en estos momentos difíciles.
