El 16 de mayo recibieron el sacramento de la Confirmación Paulina Melo, Claudia Moreno, Julieta Brañes y Nikola Holtung, quienes se prepararon en la catequesis de adulto que se da en nuestra Parroquia. La ceremonia fue presidida por el vicario, el Padre Pedro Ríos.
Claudia llegó a esta instancia de formación por inquietud personal, pues por traslados ciudad y otras situaciones personales, no había podido recibir el sacramento de la Primera Comunión ni de la Confirmación. “Tenía la intención de obtener mis sacramentos por una búsqueda personal en mi desarrollo espiritual”, comenta. Para Claudia el camino de preparación fue una experiencia muy enriquecedora. “Pude compartir el amor por Dios con un grupo de personas que buscaban lo mismo”.
¿Cómo llegaste a las catequesis para adultos de la Parroquia?
Tenía la intención de obtener mis sacramentos por una búsqueda personal en mi desarrollo espiritual, por lo que pregunté en la Parroquia y, aunque no tenían un equipo formado para esto, lo crearon rápidamente con un grupo humano realmente maravilloso que nos hizo amar la catequesis de principio a fin.
¿Por qué decidiste recibir estos sacramentos en esta etapa de tu vida?
Siempre estuve muy vinculada a la religión. Mi madre me inculcó mucho la religión católica, pero por cambios de ciudad y cosas de la vida, no había podido realizar mi preparación para la Primera Comunión ni Confirmación. Si bien no eran sacramentos obligatorios para mi sacramento del matrimonio, quería seguir una línea ética consecuente, aprender y metabolizar la religión de una forma más madura y voluntaria, lo que hizo el proceso mucho más hermoso.
¿Con qué te quedas de esta experiencia?
Me quedo con una experiencia de vida invaluable. Pude compartir el amor por Dios con un grupo de personas que buscaban lo mismo que yo. Nuestra catequista Mónica y Cecilia nos dieron espacios de conversación y debate muy interesantes y enriquecedores que deseo que todo el mundo pueda experimentar en la vida. El padre Francisco nos acompañó en momentos de reflexión muy importantes y nos dio la confianza para poder contar con él y con nuestras catequistas en todo momento. Fue una experiencia muy enriquecida en conocimientos y fe, muy emocionante, que generó un vínculo irrompible con las que compartimos este camino tan esperanzador, afiatado con la religión y la iglesia.
